Por: César Falla Figueroa - Licenciado en Ciencias de la Comunicación
Email: cfallafigueroa@hotmail.com
www.cesarfalla.com
Hace unas semanas, el país ha sufrido una legítima micro revuelta por parte de los gremios sindicales; puesto que se manifestaron en oposición a la ley del ejecutivo cuyo propósito es promover el empleo juvenil, grupo en el cual se ubica el mayor nivel de desempleo en el país. El tema en controversia es que da la sensación que el proyecto 1104/2016-PE esté dirigido a aminorar el costo laboral a las entidades empleadoras.
Proyecto que se convertiría en un gran ridículo, si por un lado se propicia introducir a los jóvenes en el mercado laboral y de otro lado, se menciona que la finalidad es brindar crédito al empleador; ya que la naturaleza y el destino de un crédito es su devolución; si se precisa que no se devolverá entonces ¿por qué se precisa como tal? El proyecto señala que el Estado efectuará un subsidio por la contratación de jóvenes entre 18 y 29 años, por espacio de 3 años. La gran pregunta del millón es ¿y después de ese tiempo? ¿Qué pasará con ellos?
Uno de los temas de este mayúsculo problema, es el tiempo que permanecen los jóvenes en las empresas, sobre todo en las privadas; que comúnmente no pasa de uno o dos años. La mayoría es porque la organización ya no les renueva el contrato, los despiden o los propios jóvenes ven otras expectativas laborales, esto en una menor proporción. Según los entendidos en la materia, el artículo 5 del proyecto da carta abierta a que los empresarios contraten a los jóvenes bajo diversas modalidades, esto conllevará (aseguran los expertos) a que continúen contratando sin los derechos plenos a los que amerita una actividad debidamente formal.
Según lo afirmado por el Jefe del gabinete de asesores del Mintra, Germán Lora; 8 de cada 10 jóvenes que al 2016 cuentan con un empleo lo hacen en un escenario informal. Hecho que es una verdadera vergüenza de cara a un país cuyos últimos gobiernos se jactan de ser un país en desarrollo. Asimismo, podemos acotar que estos indicadores se encuentran en mayor nivel que el sector de adultos, donde 7 de 10 se ubican en la informalidad laboral.
Esta desconcertante situación, lleva a los jóvenes a trabajar en ámbitos en los cuales no se ajusta a lo que fueron cultivados y capacitados. Ello respaldado en el 61.7% de los jóvenes que completaron sus estudios superiores (técnicos o universitarios) están inmersos en esta problemática; que tiene que preocupar y sobre todo ocupar a las universidades, a los institutos técnicos y al propio Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, como organismo del gobierno central. En la actualidad la tasa de desempleo en los jóvenes alcanza el 6,9%.