-Interpelación y renuncia de Vizcarra: Hace aproximadamente dos semanas el otrora Ministro de Transportes, Martín Vizcarra, fue interpelado en el Congreso de la República sobre la adenda del contrato para el Aeropuerto Internacional de Chinchero en Cusco. Fueron aproximadamente seis horas de debate, las cuales no convencieron a la mayoría fujimorista pues en palabras de su vocero las respuestas fueron “bastantes pobres” y “poco transparentes”. Vizcarra renuncia el lunes 22 de mayo, antes de la presentación del informe del Contralor Edgar Alarcón. El informe halló responsabilidad penal en diez funcionarios públicos y determinó que ejecutar la adenda representaría un gran perjuicio para el Estado. Tenemos en claro que la interpelación de Vizcarra, significó también una señal política por parte de la mayoría fujimorista (Saavedra, luego Vizcarra, ¿sigue PPK?).
-¿Quién moraliza al moralizador? Edgar Alarcón ha sido denunciado por Walter Grados Aliaga, auditor de la Contraloría General de la República, por la compra de noventa vehículos. Compra que está prohibida según la Ley 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República que indica “…estando prohibido ejercer actividad lucrativa, directa o indirectamente en la dirección y/o gestión de cualquier actividad pública o privada”. Esta denuncia se realizó en agosto de 2016 ante la Presidenta del Congreso, Luz Salgado y ante el Presidente de la Comisión de Fiscalización, Héctor Becerril. Cuarto Poder emitió el último domingo un reportaje en el cual se escucha a un desesperado Edgar Alarcón pedir al auditor, retirar la denuncia.
-¿Favor con favor se paga? Es casi imposible que una denuncia de esta magnitud haya pasado desapercibida en el Congreso. Más aún cuando en octubre del año pasado, Grados solicitó se preste atención a este caso por estar recibiendo amenazas. Nos genera suspicacia el Informe de la Contraloría (el cual fue declarado como sobrevalorado por Proetica) en relación con el conveniente silencio (blindaje) por parte del Congreso ante esta escandalosa denuncia. ¿Será que hay alguna relación? Lo cierto es que ante esto, el Contralor debe dar un paso al costado.
-Sobre el Pisco: La noticia de la semana fue que un concurso internacional con sede en Chile se había prohibido que el pisco peruano compita con ese nombre y que más bien debía llamarse “Aguardiente de uva”. A mí, me gusta el pisco, pero no creo que éste deba ser el único móvil de nuestra indignación nacional. En nuestro país existe violencia, pobreza y corrupción, existen muchos motivos para indignarnos y traducir esta indignación en acciones concretas. Que el amor por nuestro país, no solo sea cuestión de una noticia.
-Y en Chaparri: No podemos dejar pasar que en nuestras narices, la corrupción se institucionaliza. En Chaparrí, reserva ecológica bandera de nuestro departamento, se invaden tierras y se maltratan a defensores ambientales con total impunidad. La semana pasada, Juan y Heinz Plengue fueron atacados salvajemente por invasores de tierras. Han podido matarlos, pero eso poco nos importa. A esto me refiero cuando nuestra indignación no debe ser selectiva y conveniente.